viernes, 7 de marzo de 2014

“EVENTO ROTARIO PRO PAZ”, PRESTENTACIÓN DEL ACTO, A CARGO DE: ESTUARDO GORDILLO M. Presidente del Club Rotario de Quito.




Antetodo, a nombre del Club Rotario de Quito y de los clubes rotarios de la ciudad y del Valle de Los Chillos, deseo expresar un agradecimiento muy especial a la Doctora Ma. Fernanda Espinosa, Ministra de Defensa por la acogida que brindó al pedido que le formulamos para que sea la oradora de orden en este evento muy importante para nosotros. No solo que aceptó nuestra invitación, sino que, además, a través del eficiente personal del Ministerio a su cargo, hemos recibido una muy valiosa ayuda, que ha permitido que este  acto, se desarrolle en la forma que esperábamos. Lamentamos su ausencia. Anteayer se nos hizo saber que ella tuvo algún asunto oficial imprevisto y muy prioritario, por lo que nos presentó sus excusas. En todo caso, estoy seguro que está muy bien representada por el viceministro de esa cartera, el Doctor Carlos Larrea. Gracias desde ya al Señor Viceministro. También debemos agradecer a la Embajada del Japón, particularmente a su titular, Excmo. Señor Embajador Toru Kodaki, quien también ha aceptado gustoso a, con su intervención, dar realce a este evento que lo organizamos desde hace varios años, para afirmar nuestra convicción de que la Paz es una condición necesaria para el progreso de los pueblos y de la Humanidad. También reiteramos el agradecimiento que hemos expresado todos los años, por el obsequio deferente que hizo el pueblo del Japón a nuestra capital, al donarnos esta Campana, que es el símbolo que nos permite realizar este Homenaje a la Paz. Nuestro reconocimiento, también para el Lic. Lenín Moreno, recientemente designado  Enviado Especial de Naciones Unidas para temas de Discapacidad y Accesibilidad. Felicitemos al Comp. Rotario Lenín, por tan merecida distinción. Él, con la misma disposición de cuando ere el Vicepresidente de la República aceptó gustoso honrarnos en esta oportunidad. Agradecemos, también al Municipio de Quito, especialmente a las autoridades que han contribuido para la realización de este acto,  autorizándonos la utilización del parque y sus facilidades. Muchas gracias, también, al Ballet Nacional de Cámara y al maestro Rubén Guarderas. Ellos nos deleitarán con algunos de los hermosos números de su amplio y muy artístico repertorio. A nuestro Gobernador Rafael Quintero, quien, pese a las tan arduas tareas que por su posición debe cumplir, ha aceptado acompañarnos en esta mañana  de homenaje a la Paz, concepto que es uno de los propósitos principales de nuestra organización. Nuestro reconocimiento, también, a todas las autoridades civiles y militares que nos acompañan, así como a los miembros del Cuerpo Diplomático y de organismos internacionales acreditados en el Ecuador, aquí presentes. A nombre de mi Club, el Club Rotario de Quito, quiero, también agradecer al apoyo entusiasta que nos dan nuestros queridos amigos y compañeros de los otros clubes de la ciudad, quienes, como todos los años, evidencian la unión y la amistad  que nos caracteriza a los rotarios; También, a título personal, debo agradecer a mis queridos compañeros de mi club y a nuestras cónyuges, por el incondicional apoyo que brindan siempre a todas las actividades que desarrolla nuestro Club, y de manera especial, en esta oportunidad, a este solmene acto con el que siempre procuramos acrecentar la conciencia que todos quienes aquí estamos tenemos respecto de lo que significa la paz para la vida armónica entre los miembros de una colectividad, y también para la convivencia y progreso de la comunidad internacional. Finalmente, gracias a los estudiantes nacionales y extranjeros presentes y a todas las demás personas que nos acompañan.

Desde que el Ser Humano alcanzó ese nivel de real o aparente racionalidad que permite catalogarlo como tal, ha vivido en un casi constante devenir entre un estado de conflictividad, lucha y confrontación y la necesidad de lograr armonía y paz.

Lo que señalo es aplicable a los diferentes niveles de relación. Para empezar, el individuo puede estar en paz consigo mismo o tener conflictos internos. Es fácil, por ejemplo, sentirnos mal por nuestros errores. Nos molestamos por nuestras debilidades; aspiramos siempre a más, pero creemos que puede ser gratuito. La relación de pareja y de familia, también es muchas veces, armónica y positiva, y en otras, de enfrentamiento o disputa. Algo similar se puede encontrar  en los grupos que conforman una sociedad. Siendo las sociedades nacionales la suma de miles o millones de individuos, en ellas, con más razón se presenta el mismo fenómeno. Algo similar caracteriza a las relaciones entre países. Desde la primera globalización del mundo (cuando se inician los descubrimientos y conquistas por parte de naciones europeas), los riesgos de conflictividad fueron mayores que antes.

Las primeras pugnas, con seguridad, se dieron por la alimentación o por una posible pareja. Con la sedentarización de los grupos humanos, empezaron los conflictos por territorios y riquezas. Muchas confrontaciones sangrientas fueron por ampliar dominios. El agredido, actúa igual, por defender  (o recuperar) lo propio. El hecho mismo de ver al otro diferente, también ha sido motivo de situaciones bélicas. Allí podríamos señalar, diferencias étnicas, de idioma o de creencias. No son pocas las guerras que se han dado por la defensa de “mi ser supremo” o para acabar con las “falsas religiones”. En épocas más recientes, las solas diferencias de pensamiento, especialmente de carácter político, también han creado barreras infranqueables que han culminado en conflictos armados internos y externos.

Un enfoque, talvez optimista, de interpretación de la Historia nos dice que conforme la Humanidad ha avanzado en su proceso civilizatorio, se ha ido reemplazando la confrontación por el diálogo “civilizado”, por la negociación.
Probablemente, con el transcurso del tiempo, la conflictividad humana, particularmente a nivel de las naciones, parece ser menos frecuente, cada vez. Desafortunadamente, pese a que esa afirmación pudiera ser cierta, el avance tecnológico, ha posibilitado que el poder destructivo sea más y más devastador. Basta recordar la gran mortandad y destrucción que hubo en las dos Guerras Mundiales.

En todo caso, mientras más alto es el nivel de belicosidad y de exacerbación de los ánimos, mayor es el anhelo de Paz. La paz es como la salud, para los seres humanos, a ambas las valoramos mejor, cuando más quebrantadas están. Allí es cuando toma sentido un pensamiento de Amado Nervo, cuando dice; “Hay algo tan necesario como el pan de cada día y es la paz de cada día; la paz sin la cual el mismo pan es amargo”

¿Cuáles son las causas de la conflictividad que acaba con la paz?  La ambición de poder y de dominio desmedidos, la intolerancia a lo diverso son, probablemente los principales causantes. Obviamente, quien es atacado también se ve forzado a actuar con belicosidad. Eventualmente, puede haber agresiones por venganza. Vale mencionar, finalmente, la teoría de Paúl Tabori y Carlo Cipola. Los dos autores, en momentos algo distantes en el tiempo, coinciden en que muchos de los conflictos son consecuencia de “La Estupidez Humana”.  En eso, en buen parte coincidió el gran economista del siglo anterior, John Maynard Keynes, quien, en su libro  “Las Consecuencias Económicas de la Paz” que lo publicó en 1919, anticipa la Segunda Guerra Mundial, cuando sostiene que (debido a las muy gravosas sanciones impuestas a la Alemania perdedora de la gran guerra) “por lo menos durante una generación Alemania no podrá adquirir siquiera una mediana prosperidad; (...).Un párrafo después, añade:¡que el Cielo nos salve a todos! Si nosotros aspiramos deliberadamente al empobrecimiento de la Europa central, la venganza, no dudo en predecirlo, no tardará.” Aquí, por un lado evidenciamos que la paz exige generosidad y por otro claramente, el autor anuncia que la obcecación, la “estupidez”  de los líderes ganadores, fue la causa que determinó el ascenso de Hitler al poder omnímodo, gracias al cual, después inició su absurda aventura de expansión imperialista, dando así inicio a la Segunda Guerra Mundial. Así pues, Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y otros países, si bien ganaron la Gran Guerra,  por su poca generosidad, pronto perdieron la paz.

Pese a tanto conflicto, el Ser Humano siempre busca y anhela vivir en Paz. Un ambiente de paz es el más adecuado para que afloren sus valores más positivos; genera optimismo, mejores actitudes para emprender nuevos esfuerzos, para lograr acuerdos y cooperación. Ese es el entorno adecuado para el progreso de cualquier sociedad. Sin embargo, la cooperación, el logro de acuerdos no es posible cuando no nos escuchamos unos a otros, cuando no existe el debido respeto entre los distintos miembros de la sociedad. La carencia de paz, solo puede producir desacuerdos y esa falta de armonía, a su vez, solo derivará en desgastes infructuosos de energías.  Sin la cooperación de todos, o al menos de la mayoría, es muy difícil avanzar. La cooperación es la generadora de las buenas relaciones entre los individuos y los sectores que conforman cualquier sociedad nacional. Es más factible conseguir la cooperación, cuando existe un ambiente de transparencia, de fáciles y armónicas relaciones. En un ambiente pesado o de mucha presión u opresión, hasta los ánimos se caldean, por tanto, la paz corre peligro. Cuando se decide por la vía pacífica, prima la razón, el respeto y es necesario, también, el entendimiento del “otro”. Muchas veces, el costo de la paz es tener que ceder algo, para beneficio de la vida en armonía. Esto, definitivamente, exige una posición altruista.

La Humanidad, consciente de la imperiosidad de que prime la Paz en el mundo, desde 1890 ha creado organismos orientados a lograr ese anhelo. El primero de carácter mundial, fue la “Organización por la Paz”. Esta institución, si bien no pudo jugar ningún rol importante en ninguna de las dos grandes conflagraciones que se del siglo anterior, fue uno de los antecedentes importantes de las Naciones Unidas. En 1920 nació la Sociedad (o Liga) de las Naciones, por la necesidad que sintió el mundo de no repetir la amarga experiencia que fue la Gran Guerra (luego bautizada como la Primera Guerra Mundial). Su postulado primordial fue fomentar la cooperación entre las naciones como requisito para la mantención de la paz y velar por el cumplimiento del Derecho internacional. Lamentablemente, no pudo evitar la Segunda Guerra Mundial, por lo que fue sustituida por Organización de Naciones Unidas. Los objetivos de este nuevo organismo son similares, pero se le dieron, también otras responsabilidades, como el desarrollo de los países y el velar por los derechos humanos. Es la más grande organización internacional que se ha creado. A diferencia de su predecesora, registra un grado mayor de logros, aunque también ha tenido fracasos.

Existen, también, algunos organismos regionales con objetivos similares (tal es el caso de la OEA, en nuestro continente). Hay, también, numerosas organizaciones privadas que trabajan por la prevención de conflictos o que impulsan su arreglo pacífico. La más antigua es la Oficina Internacional de la Paz. Fue creada para impulsar procedimientos de arbitraje internacional, la consecución de tratados bilaterales de paz, la creación de una corte internacional de justicia y la creación de organismos intergubernamentales o supranacionales para la cooperación y la negociación entre las naciones. Por su importante labor, fue honrada con el Premio Nobel de la Paz, en 1910. Otra entidad similar es la Organización Mundial por la Paz.
Su esfuerzo principal es el logro de la comprensión mundial, para lo que reúne a personas de diferentes culturas y religiones a fin de que logren acuerdos que les posibiliten emprender esfuerzos de cooperación mancomunada.

Rotary International, es, por supuesto, otra organización para la que la Paz es un objetivo primordial. Ya lo expresó así nuestro fundador Paul Harris cuando aseveró hace un siglo: "No tengo duda alguna en afirmar que la paz mundial podría alcanzarse siguiendo los principios fundamentales de Rotary: amistad, tolerancia y servicio a los demás" Efectivamente, el fundamento de nuestra organización es la amistad, y nuestro objetivo es el servicio. Sin tolerancia, todos sabemos, no puede haber verdadera amistad. Más aun, los rotarios practicamos la tolerancia no solo entre nosotros, los amigos miembros, sino que la debemos cumplir en todas nuestras actividades personales, profesionales y/o de negocios. También, cuando, eventualmente, se nos concede el honor de cumplir alguna responsabilidad cívica o pública. Las obras de servicio que realizamos hacia la niñez, la juventud, la comunidad que nos circunda y la comunidad internacional (a la cual también prestamos servicios), se ven influidas poderosamente por esa práctica de paz. No quiero extenderme más en este tema, pues a él se va a referir el máximo exponente del Rotarismo Nacional, nuestro compañero Rafael Quintero, Gobernador del Distrito 4400 de RI, que tiene jurisdicción en todo el territorio nacional. Solo añado unas reflexiones efectuadas por un reciente presidente de Rotary International, el ciudadano japonés Sakuji Tanaka, cuando, en su posesión exhortaba a los rotarios del mundo en los siguientes términos: "La paz, en todas las acepciones de la palabra, es una meta verdadera y realista para Rotary. La paz no es algo que solamente pueda alcanzarse mediante tratados, gobiernos ni heroicas batallas. Es algo que podemos hallar y lograr todos los días mediante actos muy sencillos".

Una institución a la que en eventos como este debemos hacer una mención especial, es la Asociación de las Naciones Unidas de Japón, entidad que en 1954, cuando ese país aun no era miembro de Naciones Unidas, donó a esa entidad una Campana la que se la colocó frente a su sede en Nueva York. Fue confeccionada con monedas de 60 países, obsequiadas por niños de cada país y entregadas por los delegados de esas naciones, que asistieron a la DÉCIMOTERCERA Conferencia General de Asociaciones pro Naciones Unidas, celebrada en París en 1951.

Renzo Sawada, el observador japonés de las Naciones Unidas, al ofrecerla dijo: La campana encarna la aspiración a la paz no sólo de los japoneses, sino de los pueblos del mundo entero. Por lo tanto, simboliza la universalidad de las Naciones Unidas.  Al celebrar el cuadragésimo aniversario de su colocación, el titular de organismo mundial, Boutros-Ghali dijo: "siempre que ha sonado, la Campana de la Paz de Japón ha enviado un mensaje claro. Un mensaje a la humanidad. La paz es muy valiosa. No basta con anhelar la paz. La paz necesita nuestro esfuerzo, largo, duro y difícil."

En años posteriores, la misma organización ha hecho confeccionar 21 réplicas de la Campana de la Paz, las que han sido donadas a diferentes ciudades de todo el orbe. 4 están en ciudades del propio Japón. Otras 4 están en varios píses asiáticos. Otras cuatro en Europa. En Estados Unidos, Nueva Zelanda y Canadá hay una en cada país. Las 4 restantes están en América Latina: una en Ciudad de México, otra en Brasilia, la tercera en Buenos Aires y la última es la que tenemos con nosotros. Esta campana fue donada en 1999, gracias a la gestión realizada por el Comp. Rotario Marcelo Ávila cuando fue embajador del Ecuador  en Japón y encomendó al Club Rotario de Quito, del cual era un distinguido miembro, su colocación. Esta ubicación fue posible por decisión y esfuerzo del Ilustre Municipio de Quito. Este Homenaje a la Paz tendrá sentido y trascendencia si cada uno de nosotros, quienes aquí estamos, nos comprometemos a actuar pacíficamente en todas nuestras actividades. Si así lo hacemos, difícilmente seremos contestados en forma belicosa.

El común de los seres humanos actúa en la vida impulsado por las circunstancias externas. La práctica rotaria trata de imbuir a quienes aceptan su filosofía, a guiarse mas bien por los CINCO valores rotarios. En la medida en que hacemos carne de ese modo de vida, con certeza estamos contribuyendo a una mejor sociedad, una de mayor armonía, comprensión y cooperación.

Generalmente, el común de los Seres Humanos guía sus acciones, principalmente, reaccionando ante las circunstancias externas. La filosofía que Rotary enseña nos dice que lo procedente es enmarcar nuestro comportamiento en función de los cinco valores de nuestra organización. Actuar de esa manera, nos va a comportarnos con amistad, tolerancia y siempre dispuestos a servir. Si así lo hacemos, difícilmente vamos a recibir respuestas agresivas. Si así ha sido nuestro actuar, les invito a todos a persistir y ojalá a robustecer esa forma de actuar. Si no lo ha sido, les Invito a convertirnos en agentes de la Paz. Para ello, me parece que lo apropiado es que todos hagamos realidad de la expresión de Ghandi, el gran líder hindú: “No hay un camino hacia la Paz. La Paz es el camino”




MUCHAS GRACIAS, AMIGOS TODOS. 

sábado, 1 de marzo de 2014

Andre Rieu - The Little Angels of Nagasaki

Queridos Amigos
Que mejor ocasión, de paz y compresión mundial, para enviarles nuevamente, con los mejores deseos de que la pasen de lo mejor con sus hijos y nietos….
 
Y que mejor con música de ángeles…. disfruten del show…  

Christmas - Andre Rieu - The Little Angels Of Nagasaki

Un abrazo
Jose




Jose Cherrez Muirragui
Club Rotario de Quito
Comité RRPP 2013-2014
Movil: 593-9-96033817
Twitter: @CRDEQUITO
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Evento Pro Paz - Presentacion Artistica

Presentación del Ballet Nacional, en el Evento Pro Paz Mundial 2014, bajo la conducción del maestro Rubén Guarderas ..

http://youtu.be/tb5c9PwQlL0

 http://youtu.be/D8pq7k8jRQM



Un agradecimiento especial al Ballet Nacional, por su contribución al éxito del evento!!!